Saludos cordiales. Me presento desde la ultratumba a hablar sobre un tema poco relacionado con la época festiva y al mood “all is calm, all is bright” que el Internet quiere que tengamos desde Sanguivin hasta las octavitas. Pero puej… aquí voy…
Según la creadora o difusora del término, Emily Wapnik, una persona multipotencial es alguien con muchos intereses y aspiraciones creativas. Como muchas cosas hoy en día, el concepto se popularizó en redes sociales y de momento comencé a conectar con personas afines y a consumir contenidos que me decían que estaba bien:
Tener muchos o varios intereses
Trabajar y vivir de lo que te apasiona
Desarrollar destrezas diferentes incluso de forma simultánea
Que tu pasión (o pasiones) no resida en o dependa de tu profesión o carrera
Conectar con la creatividad en la vida adulta
Usar la creatividad como herramienta de trabajo en industrias no relacionadas al arte
Crear solo por disfrute
Compartir tu arte aunque sea imperfecto porque no sabes quien se pueda identificar o inspirar
Etc., etc., etc.
Siendo una persona insegura, que siempre siente que no encaja, con creencias limitantes y miedo a la opinión del otro, percibí todo eso como un permiso que se me estaba dando para que mi creatividad coexistiera con el resto de los aspectos “normales” de mi vida. El tema de la multipotencialidad me ofreció finalmente respuestas, posibilidades, acompañamiento, y sobre todo belonging.
En ese proceso de “embody” esa nueva identidad de multipotencial, fui adoptando el hábito de querer intentar todo lo que veía, todo eso que me gustaba y que me hacía pensar “ay yo podría ser buena en eso”. Y ese “eso” casi siempre acababa siendo un proyecto dejado a medias y horas de planificación sin ejecución. Me he anotado en decenas de talleres que nunca he completado. He gastado una vergonzosa cantidad de dinero en una igualmente vergonzosa cantidad de materiales que nunca he usado.
Podría decirse que desvirtué el concepto. Lo tomé demasiado literal.
No supe (hasta el sol de hoy no he sabido) canalizar ni gestionar esa energía creativa ni esa curiosidad que renacieron en mí. Por eso me he mantenido en una etapa eterna de recopilar información y planificar. Aunque he logrado completar o avanzar en algunos proyectos, la ejecución en general ha sido bien limitada al igual que el enfoque y la constancia.
Eso ha traído consigo sentimientos de culpa, comparación, envidia, frustración y metas poco realistas e insostenibles. Me aferro a todos esos proyectos, talleres y materiales con la idea de que en algún momento voy a trabajar en ellos y lo voy a poder mostrar al mundo. Ha sido exhausting y lo único que he conseguido ha sido paralizarme y perder mi capacidad de enfoque. Lo que en un principio fue permiso prometedor se convirtió en una prisión, en una trampa.
Y como, por supuesto, necesitaba gestionar toda esa incomodidad, me detuve a cuestionarme el tema de la multipotencialidad buscando dentro de mí nuevas explicaciones y respuestas. Me hice preguntas como:
“¿Y si por naturaleza todos somos multipotenciales?”
“¿Y si en realidad el sistema nos arrebató esa cualidad cuando se le ocurrió glorificar la especialización?”
“Y si ese mismo sistema está detrás de todo ese FOMO porque se lucra y se beneficia gracias a personas como yo?”
“¿Y si no hay nada de especial o extraordinario en mí solo porque tengo varios intereses?”
Me parece que la idea de que el ser humano siempre haya sido “multipotencial” tiene bastante sentido. Aunque sé que fueron otros tiempos y otras circunstancias, en el pasado un mismo hombre era médico, abogado, maestro, escritor y pintor. De niños fuimos orgullosos ilustradores, pianistas, baloncestistas, cocineros, enfermeros, guitarristas, escultores de plasticina, you name it.
Pero se siente como si la sociedad o “el sistema” nos hubiese arrebatado eso cuando nos dijo “ahora tienes que elegir una sola cosa, pasar años formándote en eso para luego obtener tu sustento en ese campo por el resto de tu vida”. Parecieran haber creado un “problema”: hacernos sentir vacíos o incompletos al pedirnos que nos especializaramos en una sola cosa y que toda nuestra vida girara en torno a eso, para luego convenientemente crear (y vender) la “solución”: darnos permiso para (volver a) ser multipotenciales con todo lo que eso conlleva (que en mi caso ha sido gastar una fortuna en cursos de Domestika y materiales de arte).
Me avergüenza admitir que me sentía “especial y única” con esto de la multipotencialidad. Era como si hubiese encontrado una etiqueta que me daba un sentido de pertenencia y validación, algo que muchos buscamos en algún punto de nuestras vidas. Confieso que, más que crear algo, me emocionó la idea de haber encontrado “mi tribu”, personas que también compartían esa curiosidad casi infinita y deseos de explorar múltiples áreas.
Sin embargo, al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que estaba interpretando el concepto de forma limitada. No entendía que la multipotencialidad no solo se trata de tener muchos intereses, sino de la capacidad de integrarlos y conectarlos de maneras únicas. Es un enfoque que no se queda en lo superficial, sino que busca generar impacto desde diferentes ángulos y trayendo nuevas perspectivas al mundo.
Hoy entiendo que la multipotencialidad no es algo que te hace “especial” por sí solo, sino una cualidad que cualquier persona puede desarrollar con intención. Me parece que puede llegar a ser un súper poder creativo y colaborativo que cobra vida cuando aprendemos a gestionar nuestras energías, priorizar y encontrar formas de unir las piezas de nuestro rompecabezas personal.
Partiendo de eso, sería ideal poder redefinir mi relación con la creatividad y con mis intereses. Me vendría bien soltar, simplificar, priorizar y hacer paz con la idea de que no tengo que intentarlo todo al mismo tiempo para disfrutar genuina y libremente de mi creatividad.
Por aquí update que nadie pidió…
En septiembre comencé un nuevo trabajo presencial que me ha cambiado la rutina completamente. Aunque trabajo a 25 minutos de mi casa, eso se convierte en una hora para ir en las mañanas y casi dos para regresar en las tardes debido al tráfico.
Sin entrar en mucho detalle, ahora cuento con muchísimo menos tiempo libre for myself.
Como cualquier otra persona con trabajo tradicional y que aun no ha dado ningún salto de fe para vivir de lo que ama1, tengo que elegir en qué invierto esas pocas horas en las que no estoy trabajando, trasladándome al y del trabajo, y cumpliendo con mis responsabilidades del hogar. Y tengo que confesar que mi prioridad ha sido el descanso (todos los días llego sobreestimulada mentalmente y cansada físicamente a pesar de que mi trabajo es tranquilo y me siento bien en él) y preparar comida homemade para comer mejor y gastar menos en la calle.
Cultivar mi creatividad ha pasado a otro plano y eso es algo en lo que pienso todo el tiempo con cierto grado de culpa y desilusión. Y además, el Internet me recuerda todos los días lo que no estoy haciendo, de lo que me estoy perdiendo. Aunque vivo con la esperanza de retomar algunos proyectos una vez me acostumbre a mis nuevas rutinas, la mayoría del tiempo la idea se siente lejos de mi alcance.
En mi defensa, debo mencionar que sí he logrado sostener mis proyectos de 1 Second Everyday, 1 Photo Everyday y el Life Book.
Dependiendo desde donde se mire, eso pudiera parecer más que suficiente. Pero lo que hablaba al inicio de cómo desvirtué el concepto de la multipotencialidad, ha creado en mí la percepción de que tengo que trabajar en múltiples proyectos simultáneamente sobre distintas cosas, si no no estoy honrando mi lado creativo multiapasionado.
Ante la llegada de un nuevo año, ha sido inevitable ilusionarme con reconectar con esos proyectos, aprender cosas nuevas y agendarme un sinnúmero de cosas que, de completarlas, sumarían mucho a mi vida. Pero siendo realista, es muy probable que siga siendo complicado materializar gran parte de mis inventos e iniciativas.
En este post hablaba del bloqueo que representa para mí el haber internalizado de forma tóxica la idea de trabajar de lo que me gusta. De eso se desprende la idea de que el principal propósito de crear sea compartirlo todo con una audiencia. En lugar de motivarme, me paraliza. Y aunque lo he mencionado y considerado antes, tampoco he sido capaz de permitirme crear solo por disfrute. Por eso quisiera tomar el primer trimestre (o lo que haga falta) del nuevo año para crear para mí, sin la intención de compartir por aquí. Quiero explorar esa posibilidad a modo de experimento.
Que btw… “EXPLORE” es mi palabra para 2025. La elegí porque, en esta etapa de mi vida que inició con mi nuevo trabajo en septiembre, necesito y quiero…
…explorar nuevas formas de aprender y expandir mi mente, cultivando la curiosidad, siendo flexible ante los cambios y desafiando mis propios límites.
…explorar maneras que me ayuden a mantener mi bienestar general y a crear hábitos consistentes que fortalezcan tanto mi cuerpo como mi mente.
…explorar y fortalecer las relaciones personales a través de la conexión genuina, el respeto y la compasión.
…explorar la creación de espacios físicos, mentales y digitales que fomenten paz, simpleza y orden.
Aún no sé cuándo ni cómo voy a reintegrarme regularmente a este espacio, pero te agradezco que me acompañes en este proceso que sobre todas las cosas ha sido de introspección y autoconocimiento. Y deseo que se cumpla todo aquello con lo que sueñas, deseo que tengas salud, que estés seguro, y que puedas experimentar paz y bienestar en cualquier lugar donde te encuentres.
Un abrazo. ¡Hasta pronto!
Para aclarar: no tengo nada en contra de quienes viven de lo que aman. Al contrario, les deseo genuinamente que todo continúe alineándose para que puedan sostener sus emprendimientos y vivir de ellos por siempre. Me parece maravilloso que esa sea una posibilidad en estos tiempos. Lo único que me incomoda sobre el tema es cuando las personas hablan de dar saltos de fe hacia nuevos comienzos e incertidumbre, pero a menudo omiten las circunstancias que acompañaron ese “salto”. Para algunos, esos saltos son posibles porque cuentan con una red de apoyo, ya sea económica, emocional o familiar, que les permite asumir riesgos concierto nivel de seguridad. Esto no resta mérito a su valentía y esfuerzos, pero creo que al compartir estas historias de exito, también sería útil incluir esa otra parte del contexto. Es un gesto de empatía hacia quienes sueñan con ‘saltar’, pero saben que no tienen esa red que les sostenga si las cosas no salen como esperaban. Pero hasta aquí lo dejo porque me apasiono y ese es tema para otro post.
¡Que brutal encontrarte en el foro del curso de Carla Bonomini de Domêstika! Me vuela la cabeza ya que desconocía el término de "multipotencialidad" y literalmente describes como me siento antes de empezar el curso. Gracias por tus tips y autenticidad.
Me pasa exactamente lo mismo! Nunca lo enmarqué dentro de multipotencialidad, pero sí me pasa de dejar proyectos a medias y de querer hacer todo al mismo tiempo. Parece que una vez que nos interesa algo queremos intentarlo YA, sin recordar ese dicho tan famoso que dice "el que mucho abarca poco aprieta".