A lo mejor tu pasión está en otra parte: notas sobre el éxito y la búsqueda de algo que apasione
El diario de una impostora #3
Si eres como yo, que aún me cuestiono todo esto de las pasiones y el propósito de vida, quisiera que al terminar de leer esta entrega sientas curiosidad por reconocer en qué actividades y lugares encuentras pequeñas alegrías y placeres. Quisiera que identifiques con qué personas o en qué entornos te sientes más tú, más completa, más contenta, más segura y orgullosa de ti misma. Y que partiendo de lo que descubras, te animes, si es que no lo has hecho ya, a dar algún pequeño paso para integrar a tu vida algo que te emocione y que te haga ilusión, algo de ti y para ti. De ese tema nace el news de hoy.
“La construcción de lo verdadero y hermoso implica la destrucción de lo aceptable.” - Glennon Doyle, Indomable
El año pasado hice una confesión. Una de esas verdades que generan desconcierto, tal vez vergüenza, y que lastiman la percepción que tenemos de nosotros mismos.
La primera vez que dije en voz alta que no me interesaba ascender la “escalera corporativa”, no sabía cómo o por qué me sentía así. Según lo que aprendí, eso era algo que tenía que desear por defecto, como la maternidad y otras cosas que se supone que todas queramos no importa qué.
Toda esta catarsis inició con un post de Instagram. Normal en mí.

Lo leí unas veinte veces en lo que procesaba toda esa información que no era más que un permiso para redefinir el concepto que tenía del éxito. Un permiso para retar las creencias limitantes que toda mi vida me hicieron creer que que debía ser buena en una sola cosa y que solamente podía encontrar ese supuesto éxito en una carrera profesional.
De momento esa definición de éxito que conocía me pareció súper limitante. Y además de ser restrictiva, parecía no tomar en cuenta la diversidad y la realidad de la mayoría de las personas. Entendí que nunca he sido “exitosa” en los lugares donde he trabajado porque simplemente no era ahí. He sido buena, excelente, pero no “exitosa” desde ese punto de vista.
Y entre tanto cuestionamiento encontré una posible respuesta a algo que tanto me he escuchado decir y he escuchado decir a otras mujeres a mi alrededor…
La respuesta estaba dentro de mí. Solo necesitaba limpiar un poco mi espejo. Gracias, Instagram!
Quiero tener la oportunidad de redefinir el éxito y buscarlo donde yo sé que lo puedo encontrar. Quiero explorar y escoger estar en espacios donde puedo poner en mejor uso mis habilidades y donde también puedo encontrar alegría y bienestar.
Y no se trata de etiquetar algo como bueno o malo, correcto o incorrecto, válido o no válido. Para mí se trata de reconocer que existen otras posibilidades y formas de vivir, y que tenemos el poder de decidir qué es lo mejor para nosotros y qué nos apasiona.
Y eso puede ser en un trabajo, o creando una carrera que se adapte a lo que quiero y a lo que me gusta, o puede ser a través un hobby, sirviendo en la comunidad, siendo defensora de alguna causa, cuidando de otras personas… donde sea.
En este momento para mí no es realista el vivir de algo que me apasione, aunque sería un privilegio que eso suceda más adelante. Por eso me he permitido hacer paz con el hecho de tener un trabajo convencional sin la presión de tener que sentir pasión por algo que genuinamente no me la genera. Pero esa sensación de éxito, reconocimiento y realización que necesito, la encuentro en mis pasatiempos y proyectos creativos. Ambas cosas me generan satisfacción, pero solo en una de ellas mi ser auténtico brilla y hace su happy dance así como si nadie mirara.
Por alguna razón, la mayoría de mis frustraciones y momentos de desánimo convergen en el miedo a retar lo establecido, a pensar y vivir diferente. O más bien a la vergüenza de ser percibida como “diferente”. Es un tema común en las cosas que escribo e ilustro. Decidí creer que una persona “exitosa” también puede ser esa que se permite vivir su vida en sus propios términos, sin sentirse culpable por haberle fallado a la sociedad y sin conformarse con hacer lo que otros piensan que debe estar haciendo. A eso es lo que aspiro… y el camino es largo.
Por acá te dejo unas preguntas de reflexión (que, si quieres, puedes contestar en los comentarios y así conversamos):
¿Habías considerado antes que tu pasión (o pasiones) podía existir fuera de tu carrera o tu trabajo?
¿En qué áreas de tu vida, además de tu carrera/trabajo, has encontrado una pasión o un propósito?
Si tu carrera/trabajo es tu pasión, ¿qué es lo más que te hace ilusión de todo lo que haces? ¿En qué momento/etapa de tu vida hiciste clic con esa pasión?
¿Has pensado en la posibilidad de que eso de la pasión y el propósito cambia con nosotros según la etapa de vida en que nos encontremos y según las cosas que vamos aprendiendo/desaprendiendo?
Bueno… hasta aquí llego por hoy. Agradezco nuevamente que hayas sacado de tu tiempo para leerme. También me encuentras documentando lo cotidiano a través de mi cuenta de Instagram, compartiendo uno que otro post sobre memory keeping y dejando mis fotos favoritas de la semana en mi photo journal blog.
No sabes cómo entiendo eso de lo corporativo! Me acuerdo que en mi primer trabajo hasta se tomaron mal que yo dijera que no quería ser gerente, como una "falta de ambición". La gente no termina de entender que muchxs de nosotrxs trabajamos en determinados lugares simplemente para ganarnos el dinero para vivir, y que eso no tiene nada de malo!
Yo la verdad es que tengo muy en claro que mi trabajo no me apasiona. No está mal y no me quejo porque lo disfruto, pero entiendo que mi pasión pasa por lo que sucede cuando cierro la computadora laboral. Es grabar podcasts y escribir libremente.